El científico Isaac Newton, en su Teoría de Descomposición de la Luz, dedujo que los colores del arco iris eran colores puros, mientras que la luz blanca era la mezcla de todos ellos.
Sentó las bases de la teoría moderna del color cuando desarrolló la rueda de color en la década de 1660. Newton entendió que diversas mezclas de luz hacen el color visible para el ojo humano. Los tres colores que no se podían hacer mediante la mezcla (rojo, amarillo y azul) se conocen como colores primarios. Newton dibujó un diagrama circular, que ahora se llama la rueda de color, para demostrar cómo mezclar los colores primarios para crear los colores secundarios y cómo mezclar colores secundarios para crear colores terciarios. Alrededor de 1810, el escritor Johann Wolfgang von Goethe mejoró las teorías de Newton mediante el estudio de los efectos de percepción de color. Dividió los colores en el "lado positivo" y el "lado negativo". Los colores "positivos", como el rojo y el naranja, generan sentimiento de calor mientras que los colores "negativos", como el azul y el verde, generan sentimientos de frío.