El interés visceral del arte reside justo en esta cuestión: nunca se posee, siempre se escapa a otros territorios para que el hombre se abra hacia él, insatisfecho y esperanzado, y que siga buscándolo para siempre.
Marta Zatonyi en Arte y creación: los caminos de la estética

La estética, el arte y la belleza según Platón


«Si hay algo por lo que vale la pena vivir, es por contemplar la belleza.»
-Platón.

Para comenzar esta investigación, primero debemos atener a definir el concepto sobre el cual se sustenta: la estética. Ésta se definiría como el “conjunto de elementos estilísticos y temáticos que caracterizan a un determinado autor o movimiento artístico, no podemos obviar que ésta ha estado ligada desde siempre a la belleza, al arte y a lo que podemos llamar el espíritu”.[1] Todos los escritos de Platón que se refieren al arte y a la estética no han sido ordenados sistemáticamente, más bien se entremezclan con sus escritos sobre metafísica y ética; por lo tanto, todo lo que ha escrito el filósofo sobre teoría del arte y estética proviene de elementos encontrados en sus textos en forma de metáforas, alusiones, resúmenes o anuncios.
La teoría idealista de la existencia y la teoría apriorística del conocimiento, influyeron sobre su concepto de la belleza, mientras que la teoría espiritualista del hombre y la moralista de la vida se reflejan en su concepción sobre el arte.
Por empezar, debemos dejar en claro que el concepto de belleza del cual diserta Platón en sus textos, dista bastante del cual predomina en estos tiempos.
Nuestra concepción actual de belleza se relaciona con lo que estimula a los sentidos (vista, tacto) y les produce placer, es decir, es una definición más cercana a la que sostenían los sofistas (con la cual Platón no estaba de acuerdo por acusarla de subjetiva y excesivamente limitada); mientras que, para Platón, ésta definición de belleza tan sólo constituye una parte de la misma. En la belleza también se involucran los conceptos de la verdad, el bien y la virtud. El filósofo estaba convencido de que lo más hermoso que podía contemplarse era la sabiduría. La belleza exterior es tan sólo un mero detalle estético, lo que contaba realmente eran los aspectos morales y cognoscitivos, al margen de los estéticos. Básicamente, el bien y la belleza eran sinónimos para Platón (el subtítulo de su obra “El Banquete”, la cual trata principalmente sobre la belleza, tiene como subtítulo “Sobre el bien”). Esta forma de pensar era muy común entre los pensadores griegos de esa época, en la cual la teoría de la división entre belleza, bien y verdad no predominaba aún. El pensamiento platónico sobre la estética tiene un matiz moralista e idealista.
Debemos tener en cuenta que Platón habla sobre belleza y arte de manera separada, sin hacer alusión a la estética (ya que éste es un término surgido en el siglo XVIII). Su teoría del arte no está estrechamente ligada con su teoría de la belleza. Para Platón, el arte que comprendía la escultura y la pintura eran vistas como artes útiles, producidas por el hombre gracias a una destreza manual y con algún fin específico.
Planteó una división de las artes en tres categorías: artes que utilizan objetos, artes que los fabrican o artes que los imitan.
El filósofo dio paso a la ruptura en la convicción previa de que lo bello es lo que provoca gusto y agrada exclusivamente a los sentidos. Por esta razón, fue el iniciador de la crítica del arte y de la
Discóbolo; Mirón de Eleutera; 450 a.C.
especulación estética
.
Otra de sus afirmaciones fue que la belleza no se podía limitar simplemente a lo corpóreo o lo tangible; ésta podía ser también propia de las almas y las Ideas, lo cual la convertía en una belleza superior a la material. Introdujo también los conceptos de belleza real y belleza ideal.
Platón comienza a hablar de belleza indagando en el mundo sensible de las apariencias, para él éstas participan de la naturaleza y esta a su vez participan del movimiento y del cambio, con lo que las apariencias de belleza son puros reflejos. Sin embargo él no niega su existencia, al contrario la no-belleza existe: está presente en la vida cotidiana, la no-belleza participa de la belleza. Con esto, Platón busca entonces el significado de belleza.
Define a ésta como algo existente, ya que considera que si existe en la palabra existe en el pensamiento, porque de no existir en el pensamiento, tampoco existiría en la palabra. Platón realiza una jerarquización en cuanto al conocimiento. Por más que la belleza lógicamente no sea razón, porque no hay nada que lo compruebe, él aseguraba que estaban totalmente ligadas, refutando los pensamientos Socráticos sobre esto. Platón sostenía que no se podía calificar a la
Friso del Partenón; Fidias; 490 a.C.- 431 a.C.
belleza como algo palpable, corpóreo:
 “Lo bello en sí no es este objeto ni aquel otro sino algo que les comunica su propio carácter.”[2]
Por otro lado, para Platón, el arte consistía en una imitación de una percepción del artista del modelo verdadero de la realidad, de manera tal que el artista se encontraría dos veces alejados de la Verdad. El interés que poseía Platón por la Verdad lo llevaba a menospreciar las producciones artísticas. Tanto la música como la pintura son copias de la forma real, siempre que se reproduzcan de la forma más fiel posible al modelo.
Las ideas sobre belleza y arte que tenía Platón se contraponen en extremo con las que tiene el hombre promedio de la época contemporánea en el mundo occidental: nosotros consideramos algo bello cuando produce placer y gusto a nuestros sentidos. La belleza que estimula la vista, principalmente, es la más valorada en la actualidad, por esto mismo existe el miedo a envejecer en muchos adultos de mediana edad, ya que la juventud es la época de mayor esplendor físico según el estereotipo predominante, y el hecho de perder esta belleza exterior les resulta desesperante o un grave problema que debe ser solucionado por medios artificiales. Por esta razón, hoy en día, la belleza representa un negocio además de un ideal importante. Las cirugías estéticas, los gimnasios, los medios de comunicación, las tendencias de moda, etc., son algunas de las cosas que contribuyen a alimentar esta concepción de belleza actual fundamentada en el goce visual. No es algo digno ser amado, como alegaba Platón, sino más bien algo digno de ser idealizado y admirado.
La idea de belleza que plantea Platón es evidentemente mucho más productiva y enriquecedora para el ser humano, ya que se trata de una belleza permanente que se puede ir acrecentando a lo largo de toda la vida por medio del cultivo intelectual y moral; en contraposición a la belleza de la época actual, que es efímera y se va perdiendo a lo largo del tiempo, siendo cada vez más difícil de mantener.

[1] Cita de http://ciberestetica.blogspot.com.ar/2011/04/la-estetica-segun-platon.html
[2] Bayer, 1993, p. 35

Fuentes de Internet:

Diferencias entre Enseñanza Técnica y Enseñanza Artística y Política

Enseñanza como actividad técnica:
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  • Es una práctica rigurosa, fundamentada e instrumental como una ciencia aplicada (es decir, aplica el conocimiento científico a las prácticas educativas). El fin de su práctica es lograr la eficacia en la actuación y sacar a la práctica de la enseñanza de la improvisación y el sentido común. Su fundamento principal se halla en los modelos tecnológicos apoyados en la investigación científica.
  • El docente se considera un técnico que resuelve los problemas desde una perspectiva instrumental. Debe tener una formación científica, el currículum debe ser de elaboración también científica y la gestión institucional tiene que ser eficaz y eficiente.
  • Los alumnos son vistos por sus docentes como una tabula rasa, dispuestos a asimilar todo el conocimiento que sus docentes (como superiores) les van a proveer. Sus conductas se ven como medibles y observables.
  • La enseñanza se organiza en base a objetivos conductuales precisos definidos de antemano, formulados teniendo en cuenta las problemáticas propias de los alumnos. Se desarrolla en etapas predispuestas, tal como el método científico.
  • Un ejemplo de este modelo es el MODELO PROCESO-PRODUCTO (EEUU; 1940-1970): Establece correlaciones entre el comportamiento docente (proceso; variable independiente) y el rendimiento académico de los alumnos (producto; variable dependiente).
Enseñanza como actividad artística y política:
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  • Es una actividad NO mecánica. Se enfoca a orientar y guiar el aprendizaje del alumno. Su fin reside en hacer del aula un espacio de intercambio, transformación y creación de significados; además de guiar, preparar y orientar las comunicaciones que hacen posible el aprendizaje. Lo importante son los procesos y el respeto por los principios del procedimiento (éstos consisten en hacer de la educación una práctica artística y política: promover el pensamiento, la reflexión y la creatividad).
  • El docente debe ser el intérprete que intervenga en la red de significados, sentimientos y actuaciones de sus alumnos, diagnosticar permanentemente las situaciones que se den en el aula y evaluar los intercambios producidos en la misma. Su formación profesional es pedagógica, política y ética.
  • Los alumnos deben utilizar sus propios esquemas de pensamiento e interpretación del mundo y de comunicación con los demás, guiados al mismo tiempo por el docente en cuestión.
  • La enseñanza es de carácter artístico: arte práctico, debe iniciarse a partir del conocimiento, el lenguaje y los propósitos de cada alumno o grupo. Lo importante son los procesos y el respeto por los principios del procedimiento, de modo que en el aula se realicen los valores que orientan a la actividad educativa.
  • Un ejemplo de este modelo es el MODELO DE PROCESO (Lawrence Stenhouse; Inglaterra; 1970): Consta de 4 procesos: 1) Entrenamiento, 2) Instrucción, 3) Iniciación, 4) Inducción.

El espacio


Podemos definir al espacio de muchas maneras, entre ellas como:

  1. Dimensión, extensión, relación en­tre los objetos
  2. Continente de los mismos. 
  3. Dirección en todos los sentidos
  4. Sugerencia de profundidad o volumen plástico en una superficie bidimensional.
  5. Fenómeno psicológico a través del cual la fi­gura se separa del fondo, permitiendo que éste "pase" de manera ininterrumpida por detrás de aquélla, lo que es percibido como distancia inde­finida entre ambos términos.
  6. Experiencia perceptual a través de las posicio­nes, direcciones, distancias, tamaños, movimientos y formas de los cuerpos en relación. Estos factores se definen siempre con respecto a ejes o puntos de referencia en lo que hace a la distancia, posición, movimiento y dirección; a unidades en cuanto al tamaño y a la relación de partes en cuanto a la forma. La percepción del espacio implica para el ser vivo, acción en el espacio, a cuya va­loración concurren la determinación de los ejes y coordenadas potenciales (vertical-horizontal; arri­ba- abajo; derecha-izquierda; adelante-atrás), por medio de los sentidos de la vista el tacto, el oí­do, el órgano del equilibrio y la sensibilidad. 
Visión binocular
El sentido visual proporciona las más importan­tes nociones sobre las propiedades del espacio; para el mismo, la visión binocular es la que per­mite realmente tener la noción de la profundidad plástica del espacio por medio de la fusión de am­bas imágenes monoculares
La profundidad del campo visual respecto de los objetos en el espa­cio está dada por los procesos de acomodación y convergencia. El re­sultado de la acción conjunta de estos tres proce­sos de la facultad visual, se llama visión estereos­cópica, pero la percepción del espacio no depende solamente de las condiciones fisio­lógicas sino también de las psicológicas. Así, se perciben una serie de fenómenos visuales sobre el plano de la imagen, tales como: 
  • Figura - Fondo 
    Todos los cristales son, por lo general, anisótropos.
  • Superposición
  • Distorsión 
  • Anisotropía
  • Color 
  • Avance y retroceso
  • Gradientes 
  • Tamaño
  • Luminosidad
  • Tensión
  • Entre figuras: contraste, dirección, orientación, posición
Tales fenómenos son conside­rados, entre otros factores, como determinantes de percepción espacial.
Relación entre figura y fondo por superposición de figuras y diferencia de tono.
Espacio ambiguo:

Convexo y cóncavo; M.C. Escher; 1955.
Fenómeno de la percepción vi­sual por el cual un mismo signo o esquema da dos o más posibilidades de interpretación espacial sin que predomine netamente una de ellas.
La percepción ambigua pa­ra un mismo patrón puede experimentar­se en forma sucesiva en conjuntos límites de gran inestabilidad; también puede ser inmediata como en los casos de transparencia o superposición recíproca. Algunos autores como R. G. Scott o G. Kepes llaman a este doble carácter perceptual, espacio equívoco
Este prin­cipio es utilizado por algunos artistas y tam­bién por corrientes contemporáneas en la búsque­da de un nuevo espacio, como recurso para exal­tar la relatividad de los valores de la representación tradicional 

Espacio arquitectónico:

Espacio habitable tridimensional que incluye al hombre. Espacio interior de un edificio. El desarrollo del espacio arquitectónico va desde los volúmenes o masas aisladas (celdas) hasta el espacio interpenetrado contemporáneo, en el que interior y exterior se relacio­nan constantemente, articulando las fuerzas espa­ciales puestas en juego, en lo cual la noción de espacio -tiempo cobra un papel fundamental. En este caso se ha agregado al espacio una cuali­dad temporal.



Perspectivas; Tatiana Bilbao.
Misterio y melancolía de una calle; Giorgio de Chirico; 1914.
Espacio bidimensional:

Espacio de representación sobre el plano de la imagen. Superficie limitada de dos dimensiones. Diseño sobre una superficie plana sin sugerencias de profundidad. En general, se relaciona con todo espacio de representación que elude la ilusión de profundidad como recurso de énfasis plástico. Se origina en la utilización de los sistemas, indicaciones o conceptos de espacio a cuyo través reciben representación los acontecimientos espacio-temporales so­bre el plano de la imagen

Espacio escultórico:

Espacio plástico tridimensional propio del desarrollo de este arte. Organiza­ción que se da en el espacio físico como rela­ción de volúmenes. Estos pueden ser convexos, cerrados y auto-continentes como la escultura tradicional o cóncavos e interpenetrados por el espacio mis­mo, como en el arte contemporáneo, donde ambos términos, concavidad-convexidad, asumen alterna­tivamente el papel de figura o aparecen compensados en la distribución. El espacio circundante toma así un papel activo revelando las fuerzas per­ceptuales puestas en juego. 
En las esculturas móviles de Calder, se manifiesta una nueva posibilidad del espacio escultórico median­te piezas articuladas, sostenidas en equilibrio di­námico incluyendo el movi­miento como materia sensible de la obra de arte.

Espacio euclídeo o euclidiano

Espacio matemá­tico tridimensional en el cual se imponen determinados axio­mas euclídeos de la distancia. Estos axiomas son en cierto modo los más simples que la mente hu­mana puede concebir, pues existe una suerte de inercia mental en el individuo para condicionar la realidad del espacio exterior de acuerdo a ellos, de lo que surge a la vez el concepto de tridimen­sionalidad propio de la pintura a partir del Rena­cimiento. Esta organización geométrica del espa­cio de representación plástica, fundada en el co­nocimiento reflexivo de las leyes de Euclides y en la interdependencia de todas las estructuras uni­versales, halló concreción en el sistema de reduc­ción perspéctico de los objetos mediante el cálcu­lo proporcional de las distancias y la visión mo­nocular, creando en el cuadro una suerte de re­ducción del universo en el que se representan a escala ideal las leyes físicas y ópticas

Espacio horizontal-vertical:

Espacio de elevación y extensión sobre el plano de la imagen como po­sibilidad elemental de sus dimensiones de alto y ancho; es propio de la representación primitiva e infantil, aunque tendencias contemporáneas redu­cen su representación a este espacio con diversos propósitos. 

Rousseau: "El Emilio"



Jean Jacques Rousseau (1712-1788) fue un escritor, filósofo y músico definido como un ilustrado. Contribuyó con sus teorías a la reforma de la Ilustración y a asentar las bases del posterior Romanticismo. Rousseau comenzó a redactar “El Emilio” (también llamado “De la educación”) a petición de la señora De Chenonceau, quien le solicitó un escrito para la educación de sus hijos. Fue considerada por su autor como “la mejor y la más importante de todas sus obras”. Es considerado el primer tratado sobre filosofía de la educación occidental y una de las obras más fundamentales de la educación del siglo XVIII. Durante la Revolución Francesa, “El Emilio” sirvió como inspiración del nuevo sistema educativo nacional.
Este libro consta de cinco tomos; estas divisiones fueron hechas para la educación que se le debe dar al hombre según la etapa de la vida que esté atravesando
  • Tomo I: Trata sobre el periodo de la lactancia (0 a 2 años de edad). 
    Madame de Chenonceau junto a Rousseau.
  • Tomo II: Trata de la edad infantil: etapa de la vida que se debe dedicar a la educación de los sentidos (2 a 12 años). 
  • Tomo III: Trata sobre la segunda infancia y anterior al comienzo de la pubertad, en la cual se dedicará al afinamiento de la capacidad de juzgar y la adquisición del sentido de lo útil (12 a 15 años). 
  • Tomo IV: Trata del período de la adolescencia, en donde se habla de la educación moral y religiosa. (15 a 20 años) 
  • Tomo V: Habla sobre la adecuada formación del matrimonio y la educación para mujeres. (20 años en adelante) 
El principio educativo esencial desde el cual parte Rousseau es el siguiente: “Todo lo que procede del Hacedor de las cosas es bueno, pero todo degenera en las manos del hombre”; con esta frase se resume la idea inicial del autor de que la bondad es algo propio de la naturaleza humana, y que el mal proviene de las acciones que toma el hombre con la naturaleza. La tarea educativa consiste básicamente en seguir los dictados de la naturaleza (con esto se refiere al naturalismo pedagógico): Rousseau propone una educación que deje fluir los procesos naturales humanos sin intervenirlos de ninguna manera, fundamentándose en el amor hacia sí mismo y al prójimo; obedeciendo una correcta secuencia de etapas naturales de crecimiento. Por último, para el autor, la educación comprende tres ámbitos principales que aparecen en la obra en el siguiente orden: 
  • Formación física 
  • Formación moral 
  • Formación política o civil
A continuación, se explicará un breve resumen de cada uno de los cinco tomos correspondientes a esta obra:

TOMO I:
El niño nace ignorante, privado hasta del sentido de su existencia pero capaz de aprender, ya que con el nacimiento comienza la educación. Ésta se realiza mediante la experiencia del mundo ligada al uso de las funciones y de los sentidos. La actividad es la primera escuela del niño. Se le debe conceder toda la libertad de movimientos de que es capaz, nada de fajas ni vestiduras que lo opriman físicamente. No debe hacerse daño con sus propios movimientos naturales.
En la educación de los infantes hay que seguir los pasos de la naturaleza: se evitarán por eso los cuidados demasiado solícitos y las comodidades excesivas, ya que la naturaleza educa a través del dolor.
Rousseau explica que la primera educación del infante tiene lugar por las sensaciones: “en el principio de la vida, cuando la memoria y la imaginación están todavía inactivas, el niño sólo atiende a lo que impresiona realmente a sus sentidos.
También es importante evitar dos extremos en el trato con los niños: ni imponerles nuestra voluntad ni que ellos nos impongan la suya; para que no se manifiesten los conceptos ni de esclavitud ni de mando en la relación adulto-niño, sino la de libertad. Hay que dejarlos obrar por sí mismos para que empiecen a tomar conciencia de sus capacidades sin intervenir sus acciones con excesivos mandatos.
Por último, en este tomo se trata el tema del aprendizaje de la lengua: al principio, el único medio de comunicación que utiliza el niño es el llanto, hasta que, paulatinamente, comprende que hay otras formas de hacerse entender oyendo a los adultos; basta con hablar en su presencia articulando bien las palabras y expresándose de modo claro e inteligible.

TOMO II:
La mayor parte del libro se articula en torno a tres ideas fundamentales

  • La reivindicación de un estatuto y derechos propios de la infancia 
  • El concepto de educación negativa 
  • La educación de los sentidos como principal tarea educativa 
La infancia tiene su propia razón de ser, se justifica por sí misma. Tiene su propia madurez y sus leyes , distintas a la edad adulta. Querer entender al niño con los moldes de las personas adultas sería atentar contra el orden de la naturaleza. Educar a un niño pensando en la edad adulta es sacrificar la felicidad presente a un futuro que quizás no llegue nunca.
Los niños no están en edad de razonar; si pudieran, no tendrían la necesidad de ser educados. Basta con que sean conscientes de sus limitaciones naturales y de su dependencia respecto al educador, pero sin hacerse notar con mandatos y prohibiciones.
A la confianza de Rousseau en la bondad de la naturaleza humana y de su actividad y desarrollo espontáneo está estrechamente vinculado el concepto de educación negativa: “La primera educación debe ser puramente negativa, consiste en no enseñar la virtud y la verdad, sino preservar el espíritu del vicio y del error”. Rousseau entiende la educación negativa como una educación indirecta más que como la completa inactividad del educador. No se trata de que que el niño haga lo que quiera de modo absoluto, sino de controlar indirectamente su ambiente, experiencias, compañías, juegos, etc. Aquí el educador será un experto en el arte de gobernar sin dar mandatos y de hacer todo e influir sobre todo sin hacer nada.
En este tomo también se habla de una educación instrumental, es decir, enseñarle a valerse de los sentidos que utilizará durante toda la vida. Durante los primeros 12 años de vida, al niño no se le enseña ninguna materia ni aprendizaje memorístico alguno. Su ocupación fundamental será educarse en las facultades de la sensibilidad, recogiendo y comparando datos y experiencias para que aprenda a juzgar por medio de los sentidos.

TOMO III:
Aquí se trata sobre el período de la segunda infancia, el cual se extiende entre los 12 y 15 años. 
Dice Rousseau que el tercer estado de la vida del niño es una edad que se aproxima a la adolescencia sin ser todavía la pubertad. Esta etapa se tiene que aprovechar muy bien. Es un momento de fuerza, las energías del cuerpo y del alma excede las necesidades y los deseos. Esto desaparecerá posteriormente con el inicio de la pubertad. En esta etapa, se dedicará a la instrucción de: 

  • La exploración del ambiente natural con un método activo: el educador procurará que los fenómenos naturales despierten la curiosidad del niño haciéndolo reflexionar por medio de una pregunta. 
  • La adquisición del sentido de lo útil: el niño ya es capaz de entender lo que necesita para lograr su felicidad física. Rousseau sostiene que, a esta edad, el Emilio sólo debe conocer y aprender el libro “Robinson Crusoe, ya que en él aprenderá cómo encontrar en la naturaleza lo útil para la vida cotidiana
  • La iniciación en el trabajo: el niño debe conocer las artes industriales, en las que diversos sujetos se dividen el trabajo.Se introducirá de esta manera en el mundo de las relaciones sociales, pero no áun en el aspecto moral. Deberá aprender un oficio, ya que trabajar es una actividad indispensable para el hombre social (aún si su patrimonio no lo requiere), y también comprenderá la función de la moneda. 
  • La iniciación en las relaciones sociales: esto lleva consigo un afinamiento de la capacidad de juzgar. Se debe enseñar al niño a juzgar apropiadamente: “la mejor manera de aprender a juzgar es la que tiende a simplificar más nuestras experiencias y a permitirnos prescindir de ellas sin caer en el error” 
El tomo III finaliza con un retrato del Emilio a los 15 años:
“Emilio tiene pocos conocimientos, pero los que tiene son verdaderamente suyos, porque no sabe nada a medias. Emilio tiene conocimientos naturales y puramente físicos, conoce las relaciones esenciales entre los hombres y las cosas, pero no las relaciones morales entre hombre y hombre. 
Emilio es laborioso, templado, paciente, resuelto, lleno de coraje; su imaginación no está agrandada, no sabe lo que es la muerte. No tiene vicios, o muy pocos como todos los hombres, tiene el cuerpo sano, las manos y piernas ágiles, el espíritu justo y sin prejuicios.”

TOMO IV:
Éste tomo aborda la etapa de la adolescencia (15 años en adelante), época de notables cambios fisiológicos y morales; con la pubertad se despiertan las pasiones y la voz de la conciencia. Ha llegado el momento de considerar la educación moral y en el que el educando comienza a pensar en la formación de una futura familia
Después de los primeros 15 años los diferentes signos anuncian la pubertad: 

  • Inquietud de las pasiones 
  • Cambios de humor 
  • Alteraciones fisionómicas: cambio de voz, vello facial, cambio en la mirada 
  • La cercanía de una mujer produce ahora un estado de turbación y timidez 
A Rousseau no se le escapa la importancia del periodo evolutivo que conocemos como pubertad. Se debe procurar que la inocencia infantil dure lo más posible. La pubertad se adelanta antinaturalmente cuando se pretende retrasarla. El único medio para conservar la inocencia de los niños es que quienes los rodean la respeten y la amen. Si falta esta condición, todo disimulo será inútil. Las respuestas han de ser siempre verdaderas y simples acomodadas a su edad. 
El criterio general es siempre el mismo: respetar el curso natural de las cosas
Tarde o temprano llegará el momento de afrontar la educación moral. Con este fin Rousseau hace una breve exposición de la naturaleza y las finalidades de las pasiones: 

  • No todas las pasiones que experimentamos son naturales. 
  • Las pasiones naturales son muy limitadas, pero éstas se ven modificadas por causa externas a la naturaleza (opiniones y prejuicios sociales) 
  • El origen y principio natural de las pasiones es el amor de sí. 
  • Del amor de sí surge la benevolencia hacia los que los rodean; al ampliarse las relaciones con los demás aparecen las compasiones y preferencias, y a la preferencia por alguien va unido el deseo de ser preferido por él. 
  • Nace el amor propio, el odio, la venganza, el engaño. 
El pensamiento de Rousseau se hace difícil y paradójico. Si las pasiones malas no vienen de la naturaleza, vienen entonces de la sociedad. Rousseau advierte que Emilio debe conocer ambas pasiones para prepararse a la vida en sociedad
Frenar la imaginación es la tarea esencial para la educación de las pasiones. Los errores de la imaginación convierten a las pasiones en vicios, de ahí la necesidad de saber cuáles son las verdaderas relaciones del hombre consigo mismo y con los demás
Se procurará también iniciar a Emilio en el sentimiento de la amistad y la piedad
Acerca del sentimiento de piedad, Rousseau anuncia tres máximas: 

  • No es propio del corazón humano ponerse en lugar de aquellos que son más felices que nosotros, sino sólo de aquellos que hemos de comparecer. 
  • Sólo se lloran los males ajenos de los que nosotros no nos consideramos ajenos. 
  • La piedad que se siente por el mal ajeno no se mide por la entidad del mal en cuestión, sino por el sentimiento dirigido a quien lo sufre. 
Otro hecho que caracteriza a esta etapa es la aparición de la conciencia, lo cual marca la entrada al mundo moral. Antes bastaba con la educación negativa que se ocupaba de conservar la inocencia natural, ahora surge un impulso interior en el niño que lo impulsa a involucrarse en los problemas éticos y sociales.
Tendrá que aprender de la experiencia ajena y cuando esto sea peligroso, se le mostrará a través de relatos históricos y fábulas. En la educación de la conciencia se evitarán los preceptos y corregir al alumno
Por otro lado, Rousseau, con respecto a la educación catequética, insiste en cuatro ideas: 

  • Se puede ser bueno sin saber nada de Dios. 
  • El conocimiento de Dios excede la capacidad de los jóvenes, nada es más inútil que enseñarles el catecismo. 
  • Los niños no necesitan creer en Dios para salvarse 
  • Si se les habla de Dios antes de tiempo, se formarán una idea falsa. 
Por último, este tomo trata sobre el tema del comienzo de los instintos sexuales en el joven. Cuando esto ocurre, es necesario hacerle entender al educando que precisa una compañera. Cuando Emilio llega a la edad de 20 años, la continencia es un deber moral y es necesaria para reinar sobre sí mismo y para que aprenda a dominar sus propios apetitos.

TOMO V:
En este tomo, el autor aborda el tema de la edad viril en el Emilio y la educación de la mujer
Retoma problemas de la filosofía política general (incluyendo un resumen de “El contrato social”), buscando respuestas a problemas tales como cuál debe ser la posición del ciudadano en relación a una sociedad corrupta. La respuesta general que Rousseau ofrece es que ese ciudadano (Emilio en particular) vive en el campo, donde los usos y costumbres son más estables y su misión será ejercer su naturaleza, es decir, ser justo, y fundar una familia (con Sofía, su esposa). El encuentro de Emilio con Sofía en la obra marca el final de su formación educativa. En ese punto el hombre llega a ser completamente parte de la sociedad, y pone en práctica todo lo que ha aprendido, como ciudadano, marido y padre. Al contraer matrimonio, se debe instruir a Emilio y Sofía sobre los deberes conyugales, los mismos deben estar regulados por el placer.
Rousseau comienza su pequeño tratado sobre la educación de la mujer explicando que existen ciertas diferencias entre hombres y mujeres, éstas son no sólo físicas sino también de temperamento y carácter.
El autor afirma que el ideal de mujer posee las siguientes características: 

  • Simpática 
  • Simple 
  • Educada para ser esposa y madre 
  • Sabe llevar su casa y afrontar las ocupaciones domésticas 
  • Desea agradar, cuida de su persona y su vestido 
  • Ama la limpieza 
Entre los deberes de la mujer está el de cuidar las apariencias, preservar el honor, la reputación y la castidad. Las ideas religiosas están fuera del alcance de las niñas, ya que la razón de la mujer es más práctica y más sometida a la opinión de los demás. La mujer simplemente deberá tener la religión de su padre o marido.
"De aquí se deduce que en esta parte el sistema de su educación debe ser contrario al nuestro; la opinión es el sepulcro de la virtud para los hombres, y para las mujeres es su trono. La buena constitución de los hijos depende de la de las madres; del esmero de las mujeres depende la educación primera de los hombres; también de las mujeres dependen sus costumbres, sus pasiones, sus gustos, sus deleites, su propia felicidad. De manera que la educación de las mujeres debe estar en relación con la de los hombres. Agradarles, serles útiles, hacerse amar y honrar de ellos, educarlos cuando niños, cuidarlos cuando mayores, aconsejarlos, consolarlos y hacerles grata y suave la vida son las obligaciones de las mujeres en todos los tiempos, y esto es lo que desde su niñez se les debe enseñar. En tanto no alcancemos este principio, nos desviaremos de la meta, y todos los preceptos que les demos no servirán de ningún provecho para su felicidad ni para la nuestra."

BIBLIOGRAFÍA:

  • ROUSSEAU, Jean-Jacques, El Emilio.
FUENTES DE INTERNET:

Estética; definición, desarrollo histórico y reflexiones

Definición:
La estética puede ser definida como la disciplina que se encarga de estudiar el amplio campo de la representación sensible (concretamente, la que deriva de la obra de arte) de la experiencia humana. Si bien, históricamente, el objeto de estudio de esta disciplina ha sido la belleza de la obra de arte, esto fue modificándose con el tiempo con el surgimiento de las expresiones artísticas conceptuales, cuya importancia experiencial radica en el concepto, la idea, el mensaje, etc.; y no tanto en la sensación que ésta pueda producir en el espectador. Por esta razón, cabe aclarar que la estética, actualmente, no sólo se ocupa del estudio de la experiencia estética por sí sola tal y como lo define la misma palabra, sino también de sensaciones que además pueden exceder el ámbito de lo sensible centralizándose en el concepto de la obra

Breve historia de la estética:
En cuanto al surgimiento y desarrollo de la Estética (siempre manteniéndonos en el margen de la cultura occidental), se pueden ubicar ciertos datos históricos a nivel lineal temporal:
Retrato de San Agustín.

  • Antigüedad y Edad Media: Algunas reflexiones sobre belleza y arte de carácter metafísico y filosófico. Las figuras claves de la Edad Media son San Agustín y Santo Tomás.
  • Renacimiento: No existe una diferenciación clara entre artes útiles o artesanas y el arte como lo conocemos hoy en día sino hasta el 1400.
  • 1400 (Quattrocento): El arte se reconoce como autónoma, desligada de su previa función educativa, religiosa o utilitaria. Surge la idea de artista creador y de genio artístico.
  • 1750: Publicación del texto “Aesthetica en latín”, cuyo autor fue Alexander Baumgarten.
  • 1778: Incorporación de la Estética en la segunda edición de la Enciclopedia por Diderot.
  • Siglo XVIII/Ilustración: Consolidación oficial de la Estética como tal paralelamente a una concepción antropocéntrica del ser humano. Pasa a ser “la disciplina filosófica de moda”.

La función del espectador:
Ahora nos referiremos a lo tratado en el texto en cuanto a la función que cumple el espectador que vivencia la obra de arte y la repercusión que esto tiene en la Estética.
Tradicionalmente y durante siglos, se vinculó el arte y la experiencia producida por ésta a un mero acto contemplativo. A pesar de todos los cambios revolucionarios introducidos por las vanguardias del siglo XX y el arte contemporáneo en general, -los cuales han permitido desubicar al espectador de su convencional tarea de sólo observar la obra de arte desde el lado opuesto-, aún hoy en día podemos ver en los museos cómo las obras se sitúan a distancia de los concurrentes, enmarcadas, cercadas, restringiendo al espectador al contacto visual únicamente.
Éste tipo de experiencia estética se asocia a la sumisión propugnada por la iglesia cristiana, y pierde vigencia posteriormente con la aparición de otro tipo de obras en el contexto artístico: ready-mades, happenings, performance, variaciones de arte conceptual. Éste tipo de arte no apunta a producir gozo estético en el que la observa, sino afectarlo directamente, provocar, generar una reflexión, proyectarse hacia el espectador y hacerlo partícipe del arte que no sólo está observando, sino que también lo está viviendo, es decir, adopta una actitud poiética frente a la obra.
Como expone el texto al inicio del apartado “Artes y conocimiento”: “(…) un conocimiento basado en lo sensible o en la emoción, como es el del arte, resulta una paradoja. (…) llegamos al conocimiento cuando se supera la individualidad de lo sensible o la subjetividad del sentimiento y se logra legalidad universal.”. Claramente desde el inicio de los tiempos existió una perspectiva de los sentimientos, las emociones o la sensibilidad como inferiores al saber racional.
Con el tiempo, la filosofía fue probando que el arte no es una contundente oposición de la ciencia como se solía creer, sino que ambas poseen muchas cosas en común, pueden complementarse y retroalimentarse, y que la experiencia estética se relaciona estrechamente con las funciones cognoscitivas. Si bien el juicio estético no es sinónimo de un juicio de conocimiento, está demostrado que el arte por sí misma cumple un rol importante en el campo del aprendizaje, el pensamiento y ciertas capacidades cognitivas como la creatividad, la crítica, entre otras. El interactuar hoy en día con una obra de arte (ya sea desde la contemplación o desde la poiesis) favorece nuestra capacidad crítica, reflexiva, nos permite volver a representar el mundo y desestabilizar nuestras concepciones pre-impuestas.

Reflexiones de Kandinsky y Klee sobre la experiencia estética:
Wassily Kandinsky realiza una búsqueda en el proceso de abstracción pictórica para reproducir
Primer acuarela abstracta de Kandinsky; 1910.
la vivencia estética de las primeras etapas del ser humano
(infancia, niñez), en las cuales el comportamiento estético es depurado, primitivo y delimitado hasta cierta edad en que es adormecido y reemplazado por otras conductas que apuntan a cierto tipo de sujeto que demandan las sociedades modernas cuyo pensamiento radica principalmente en el trabajo industrial y serializado. Estableció, por medio de su experimentación artística, que “la experiencia estética no se introduce en el conocimiento intelectual del objeto, sino que abre la vía a una actividad operativa que se ejerce sobre la propia realidad perceptiva”. Para Kandinsky, ésta experiencia es importante para el hombre moderno, ya que puede convivir con su naturaleza racional y operativa, permitiéndole además obtener una visión más amplia de su propia realidad.
Paul Klee, al igual que Kandinsky, se interesa por las actividades gráficas de los niños; aunque para él, las imágenes que representan los niños no son de naturaleza pura y primitiva, sino que se encuentran cargadas de viejas experiencias ancestrales al igual que los adultos. Postula que el arte es una intercomunicación subjetiva (entre artista –emisor de mensaje- y espectador –receptor-) libre de toda referencia a la naturaleza. La principal preocupación de Klee fue cómo transmitir una imagen en estado puro sin objetivarla totalmente, ya que de ésta forma, según él, se destruía completamente su significado.

La estética en la actualidad:
En el contexto social actual prevalece la idea de que el arte, su práctica, su contemplación o cualquier actividad relacionada a ella se reserva únicamente a intelectuales, investigadores, profesionales del arte o a las clases de alto poder adquisitivo en muchos casos. También persiste la idea de que la calidad del arte depende de la complejidad de su conceptualización.
La expresión sensible y la experiencia estética forma parte de todo individuo social, pero no como acción “primitiva”, sino como herencia de la naturaleza humana ya que, como dijo Paul Klee, el niño ya nace viejo y cargado de experiencias ancestrales y no se diferencia su experiencia con la del adulto, pues hasta la humanidad misma puede ser considerada “niña”.


Bibliografía:
  • OLIVERAS, ELENA. Estética: la cuestión del arte, cap. 1; Ed. Emecé; Buenos Aires, año 2007.