Este libro consta de cinco tomos; estas divisiones fueron hechas para la educación que se le debe dar al hombre según la etapa de la vida que esté atravesando:
- Tomo I: Trata sobre el periodo de la lactancia (0 a 2 años de edad).
Madame de Chenonceau junto a Rousseau. - Tomo II: Trata de la edad infantil: etapa de la vida que se debe dedicar a la educación de los sentidos (2 a 12 años).
- Tomo III: Trata sobre la segunda infancia y anterior al comienzo de la pubertad, en la cual se dedicará al afinamiento de la capacidad de juzgar y la adquisición del sentido de lo útil (12 a 15 años).
- Tomo IV: Trata del período de la adolescencia, en donde se habla de la educación moral y religiosa. (15 a 20 años)
- Tomo V: Habla sobre la adecuada formación del matrimonio y la educación para mujeres. (20 años en adelante)
El principio educativo esencial desde el cual parte Rousseau es el siguiente: “Todo lo que procede del Hacedor de las cosas es bueno, pero todo degenera en las manos del hombre”; con esta frase se resume la idea inicial del autor de que la bondad es algo propio de la naturaleza humana, y que el mal proviene de las acciones que toma el hombre con la naturaleza. La tarea educativa consiste básicamente en seguir los dictados de la naturaleza (con esto se refiere al naturalismo pedagógico): Rousseau propone una educación que deje fluir los procesos naturales humanos sin intervenirlos de ninguna manera, fundamentándose en el amor hacia sí mismo y al prójimo; obedeciendo una correcta secuencia de etapas naturales de crecimiento. Por último, para el autor, la educación comprende tres ámbitos principales que aparecen en la obra en el siguiente orden:
- Formación física
- Formación moral
- Formación política o civil
A continuación, se explicará un breve resumen de cada uno de los cinco tomos correspondientes a esta obra:
TOMO I:
El niño nace ignorante, privado hasta del sentido de su existencia pero capaz de aprender, ya que con el nacimiento comienza la educación. Ésta se realiza mediante la experiencia del mundo ligada al uso de las funciones y de los sentidos. La actividad es la primera escuela del niño. Se le debe conceder toda la libertad de movimientos de que es capaz, nada de fajas ni vestiduras que lo opriman físicamente. No debe hacerse daño con sus propios movimientos naturales.
En la educación de los infantes hay que seguir los pasos de la naturaleza: se evitarán por eso los cuidados demasiado solícitos y las comodidades excesivas, ya que la naturaleza educa a través del dolor.
Rousseau explica que la primera educación del infante tiene lugar por las sensaciones: “en el principio de la vida, cuando la memoria y la imaginación están todavía inactivas, el niño sólo atiende a lo que impresiona realmente a sus sentidos.”
También es importante evitar dos extremos en el trato con los niños: ni imponerles nuestra voluntad ni que ellos nos impongan la suya; para que no se manifiesten los conceptos ni de esclavitud ni de mando en la relación adulto-niño, sino la de libertad. Hay que dejarlos obrar por sí mismos para que empiecen a tomar conciencia de sus capacidades sin intervenir sus acciones con excesivos mandatos.
Por último, en este tomo se trata el tema del aprendizaje de la lengua: al principio, el único medio de comunicación que utiliza el niño es el llanto, hasta que, paulatinamente, comprende que hay otras formas de hacerse entender oyendo a los adultos; basta con hablar en su presencia articulando bien las palabras y expresándose de modo claro e inteligible.
TOMO II:
La mayor parte del libro se articula en torno a tres ideas fundamentales:
- La reivindicación de un estatuto y derechos propios de la infancia
- El concepto de educación negativa
- La educación de los sentidos como principal tarea educativa
La infancia tiene su propia razón de ser, se justifica por sí misma. Tiene su propia madurez y sus leyes , distintas a la edad adulta. Querer entender al niño con los moldes de las personas adultas sería atentar contra el orden de la naturaleza. Educar a un niño pensando en la edad adulta es sacrificar la felicidad presente a un futuro que quizás no llegue nunca.
Los niños no están en edad de razonar; si pudieran, no tendrían la necesidad de ser educados. Basta con que sean conscientes de sus limitaciones naturales y de su dependencia respecto al educador, pero sin hacerse notar con mandatos y prohibiciones.
A la confianza de Rousseau en la bondad de la naturaleza humana y de su actividad y desarrollo espontáneo está estrechamente vinculado el concepto de educación negativa: “La primera educación debe ser puramente negativa, consiste en no enseñar la virtud y la verdad, sino preservar el espíritu del vicio y del error”. Rousseau entiende la educación negativa como una educación indirecta más que como la completa inactividad del educador. No se trata de que que el niño haga lo que quiera de modo absoluto, sino de controlar indirectamente su ambiente, experiencias, compañías, juegos, etc. Aquí el educador será un experto en el arte de gobernar sin dar mandatos y de hacer todo e influir sobre todo sin hacer nada.
En este tomo también se habla de una educación instrumental, es decir, enseñarle a valerse de los sentidos que utilizará durante toda la vida. Durante los primeros 12 años de vida, al niño no se le enseña ninguna materia ni aprendizaje memorístico alguno. Su ocupación fundamental será educarse en las facultades de la sensibilidad, recogiendo y comparando datos y experiencias para que aprenda a juzgar por medio de los sentidos.
TOMO III:
Aquí se trata sobre el período de la segunda infancia, el cual se extiende entre los 12 y 15 años.
Dice Rousseau que el tercer estado de la vida del niño es una edad que se aproxima a la adolescencia sin ser todavía la pubertad. Esta etapa se tiene que aprovechar muy bien. Es un momento de fuerza, las energías del cuerpo y del alma excede las necesidades y los deseos. Esto desaparecerá posteriormente con el inicio de la pubertad. En esta etapa, se dedicará a la instrucción de:
- La exploración del ambiente natural con un método activo: el educador procurará que los fenómenos naturales despierten la curiosidad del niño haciéndolo reflexionar por medio de una pregunta.
- La adquisición del sentido de lo útil: el niño ya es capaz de entender lo que necesita para lograr su felicidad física. Rousseau sostiene que, a esta edad, el Emilio sólo debe conocer y aprender el libro “Robinson Crusoe”, ya que en él aprenderá cómo encontrar en la naturaleza lo útil para la vida cotidiana.
- La iniciación en el trabajo: el niño debe conocer las artes industriales, en las que diversos sujetos se dividen el trabajo.Se introducirá de esta manera en el mundo de las relaciones sociales, pero no áun en el aspecto moral. Deberá aprender un oficio, ya que trabajar es una actividad indispensable para el hombre social (aún si su patrimonio no lo requiere), y también comprenderá la función de la moneda.
- La iniciación en las relaciones sociales: esto lleva consigo un afinamiento de la capacidad de juzgar. Se debe enseñar al niño a juzgar apropiadamente: “la mejor manera de aprender a juzgar es la que tiende a simplificar más nuestras experiencias y a permitirnos prescindir de ellas sin caer en el error”
El tomo III finaliza con un retrato del Emilio a los 15 años:
“Emilio tiene pocos conocimientos, pero los que tiene son verdaderamente suyos, porque no sabe nada a medias. Emilio tiene conocimientos naturales y puramente físicos, conoce las relaciones esenciales entre los hombres y las cosas, pero no las relaciones morales entre hombre y hombre.
Emilio es laborioso, templado, paciente, resuelto, lleno de coraje; su imaginación no está agrandada, no sabe lo que es la muerte. No tiene vicios, o muy pocos como todos los hombres, tiene el cuerpo sano, las manos y piernas ágiles, el espíritu justo y sin prejuicios.”
TOMO IV:
Éste tomo aborda la etapa de la adolescencia (15 años en adelante), época de notables cambios fisiológicos y morales; con la pubertad se despiertan las pasiones y la voz de la conciencia. Ha llegado el momento de considerar la educación moral y en el que el educando comienza a pensar en la formación de una futura familia.
Después de los primeros 15 años los diferentes signos anuncian la pubertad:
- Inquietud de las pasiones
- Cambios de humor
- Alteraciones fisionómicas: cambio de voz, vello facial, cambio en la mirada
- La cercanía de una mujer produce ahora un estado de turbación y timidez
A Rousseau no se le escapa la importancia del periodo evolutivo que conocemos como pubertad. Se debe procurar que la inocencia infantil dure lo más posible. La pubertad se adelanta antinaturalmente cuando se pretende retrasarla. El único medio para conservar la inocencia de los niños es que quienes los rodean la respeten y la amen. Si falta esta condición, todo disimulo será inútil. Las respuestas han de ser siempre verdaderas y simples acomodadas a su edad.
El criterio general es siempre el mismo: respetar el curso natural de las cosas.
Tarde o temprano llegará el momento de afrontar la educación moral. Con este fin Rousseau hace una breve exposición de la naturaleza y las finalidades de las pasiones:
- No todas las pasiones que experimentamos son naturales.
- Las pasiones naturales son muy limitadas, pero éstas se ven modificadas por causa externas a la naturaleza (opiniones y prejuicios sociales)
- El origen y principio natural de las pasiones es el amor de sí.
- Del amor de sí surge la benevolencia hacia los que los rodean; al ampliarse las relaciones con los demás aparecen las compasiones y preferencias, y a la preferencia por alguien va unido el deseo de ser preferido por él.
- Nace el amor propio, el odio, la venganza, el engaño.
El pensamiento de Rousseau se hace difícil y paradójico. Si las pasiones malas no vienen de la naturaleza, vienen entonces de la sociedad. Rousseau advierte que Emilio debe conocer ambas pasiones para prepararse a la vida en sociedad.
Frenar la imaginación es la tarea esencial para la educación de las pasiones. Los errores de la imaginación convierten a las pasiones en vicios, de ahí la necesidad de saber cuáles son las verdaderas relaciones del hombre consigo mismo y con los demás.
Se procurará también iniciar a Emilio en el sentimiento de la amistad y la piedad.
Acerca del sentimiento de piedad, Rousseau anuncia tres máximas:
- No es propio del corazón humano ponerse en lugar de aquellos que son más felices que nosotros, sino sólo de aquellos que hemos de comparecer.
- Sólo se lloran los males ajenos de los que nosotros no nos consideramos ajenos.
- La piedad que se siente por el mal ajeno no se mide por la entidad del mal en cuestión, sino por el sentimiento dirigido a quien lo sufre.
Otro hecho que caracteriza a esta etapa es la aparición de la conciencia, lo cual marca la entrada al mundo moral. Antes bastaba con la educación negativa que se ocupaba de conservar la inocencia natural, ahora surge un impulso interior en el niño que lo impulsa a involucrarse en los problemas éticos y sociales.
Tendrá que aprender de la experiencia ajena y cuando esto sea peligroso, se le mostrará a través de relatos históricos y fábulas. En la educación de la conciencia se evitarán los preceptos y corregir al alumno.
Por otro lado, Rousseau, con respecto a la educación catequética, insiste en cuatro ideas:
- Se puede ser bueno sin saber nada de Dios.
- El conocimiento de Dios excede la capacidad de los jóvenes, nada es más inútil que enseñarles el catecismo.
- Los niños no necesitan creer en Dios para salvarse
- Si se les habla de Dios antes de tiempo, se formarán una idea falsa.
Por último, este tomo trata sobre el tema del comienzo de los instintos sexuales en el joven. Cuando esto ocurre, es necesario hacerle entender al educando que precisa una compañera. Cuando Emilio llega a la edad de 20 años, la continencia es un deber moral y es necesaria para reinar sobre sí mismo y para que aprenda a dominar sus propios apetitos.
TOMO V:
En este tomo, el autor aborda el tema de la edad viril en el Emilio y la educación de la mujer.
Retoma problemas de la filosofía política general (incluyendo un resumen de “El contrato social”), buscando respuestas a problemas tales como cuál debe ser la posición del ciudadano en relación a una sociedad corrupta. La respuesta general que Rousseau ofrece es que ese ciudadano (Emilio en particular) vive en el campo, donde los usos y costumbres son más estables y su misión será ejercer su naturaleza, es decir, ser justo, y fundar una familia (con Sofía, su esposa). El encuentro de Emilio con Sofía en la obra marca el final de su formación educativa. En ese punto el hombre llega a ser completamente parte de la sociedad, y pone en práctica todo lo que ha aprendido, como ciudadano, marido y padre. Al contraer matrimonio, se debe instruir a Emilio y Sofía sobre los deberes conyugales, los mismos deben estar regulados por el placer.
Rousseau comienza su pequeño tratado sobre la educación de la mujer explicando que existen ciertas diferencias entre hombres y mujeres, éstas son no sólo físicas sino también de temperamento y carácter.
El autor afirma que el ideal de mujer posee las siguientes características:
- Simpática
- Simple
- Educada para ser esposa y madre
- Sabe llevar su casa y afrontar las ocupaciones domésticas
- Desea agradar, cuida de su persona y su vestido
- Ama la limpieza
Entre los deberes de la mujer está el de cuidar las apariencias, preservar el honor, la reputación y la castidad. Las ideas religiosas están fuera del alcance de las niñas, ya que la razón de la mujer es más práctica y más sometida a la opinión de los demás. La mujer simplemente deberá tener la religión de su padre o marido.
"De aquí se deduce que en esta parte el sistema de su educación debe ser contrario al nuestro; la opinión es el sepulcro de la virtud para los hombres, y para las mujeres es su trono. La buena constitución de los hijos depende de la de las madres; del esmero de las mujeres depende la educación primera de los hombres; también de las mujeres dependen sus costumbres, sus pasiones, sus gustos, sus deleites, su propia felicidad. De manera que la educación de las mujeres debe estar en relación con la de los hombres. Agradarles, serles útiles, hacerse amar y honrar de ellos, educarlos cuando niños, cuidarlos cuando mayores, aconsejarlos, consolarlos y hacerles grata y suave la vida son las obligaciones de las mujeres en todos los tiempos, y esto es lo que desde su niñez se les debe enseñar. En tanto no alcancemos este principio, nos desviaremos de la meta, y todos los preceptos que les demos no servirán de ningún provecho para su felicidad ni para la nuestra."
BIBLIOGRAFÍA:
- ROUSSEAU, Jean-Jacques, El Emilio.
FUENTES DE INTERNET:
- http://es.slideshare.net/mariamdpr/el-pensamiento-pedaggico-de-rousseau
- http://peuma.e.p.f.unblog.fr/files/2012/06/Emilio-ROUSSEAU.pdf
- http://www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/rousseau_emi.htm
- http://www.taringa.net/post/apuntes-y-monografias/5203745/Resumen-del-el-emilio-todos-los-libros.html